La botella

Abrí la puerta con el mismo entusiasmo con el que levantaba la pala llena de arena, hora tras hora, día tras día. No era un viaje de placer, nada más alejado. Ni sé cómo había llegado a ese hotel, tampoco era importante. La habitación era pequeña y oscura. Dejé la valija sobre la cama. Era …

Las uvas

Está lleno de racimos de uvas por todos lados. Por donde camine hay uvas gordas y violetas, tanto en el piso como colgando de la parra. No puedo evitar pisar algunas, que se revientan contra la suela de mis sandalias, haciendo que el jugo se escurra por las ranuras de las baldosas. Los racimos pesan …

Chelito

La primera vez que pasé por allí, me llamó la atención el olor a limpio que salía de la precaria casa, algo bastante inusual en esa zona del pueblo. Me asomé por la ventana y la vi sentada a la mesa. Era una mujer mayor, no sabría decir cuántos años tenía, pero la mirada bondadosa …

Manos blancas

Carlota dejó apurada el delantal sobre la mesa. Todavía le quedaba mucho por hacer, y sabía que la señora la iba a reprender cuando llegara y el almuerzo no estuviera pronto, pero no le importaba. Era domingo y sabía que ella estaría en la iglesia. Era el único momento en que la veía y no …

Tal vez

No sé por qué peleamos aquella tarde, cuál fue el disparador. La cantidad de sal en la comida, si había demorado en contestar el teléfono o el volumen del televisor. Últimamente, él estaba tenso todo el tiempo, al límite, como un volcán a punto de entrar en erupción. Las peleas siempre empezaban igual, con un …

Juana

Papá me había contado la historia un montón de veces, así que ni bien vi la foto supe que era Juana. Estaba entreverada con las fotos del abuelo, en ese álbum que Yaya nunca me dejaba tocar. No tenía mucho sentido que estuviera ahí, salvo por alguna razón masoquista que no logro entender. Eran fotos …

El acantilado

Me gustaba jugar en la arena húmeda y hacer dibujos con el dedo gordo. Mi dedo se deslizaba por la arena, sintiendo su aspereza. Con el empeine arqueado como una bailarina, enterraba el dedo hasta la mitad y trazaba figuras incomprensibles. Tal vez mi dedo quería decirme algo y yo no era capaz de descifrarlo. …

La boina roja

La ventana estaba rota. Para cerrarla había puesto un pedazo de papel doblado varias veces entre las dos partes del marco y una piola gastada que iba de una manija a la otra. Y aun así, cuando el viento soplaba fuerte, vibraba un poco y dejaba pasar finas ráfagas de un aire helado. Bruno estaba …